Convertida en un hito teatral de La Habana, la obra basada en el cuento "El lobo, el bosque, el hombre nuevo" de Senel Paz, aborda de manera directa, la problemática mundial de la falta de comunicación existente entre dos seres totalmente diferentes. Por un lado Diego, un homosexual culto, investigador de la nacionalidad y el espíritu cubanos; y por el otro, David, un campesino, militante comunista y estudiante universitario.El rechazo por parte de David hacia la persona de Diego en un principio, poco a poco va desapareciendo (empieza a los tumbos y termina en amistad). Pese a todo, durante el transcurso de la obra se puede apreciar , que se da paso a una discusión crítica en torno a la intolerancia, el rechazo a lo diferente, la amistad y las ideologías. Es decir, a lo que corre a la problemática del eje del inicio, sin dejar de lado a su vez algunas de las contradicciones políticas de la Cuba actual castrista.
Más allá de la política y de la homosexualidad, la obra es totalmente humana. Y es precisamente la condición que pretenden rescatar el actor cubano Antonio Arroyo (director e intérprete original), y el argentino Damián Albariño).
A continuación, el actor Antonio Arroyo, habla con 'Fuera de Contexto' acerca de la vigencia de esta propuesta:
Antonio Arroyo (director Fresa y Chocolate) programa 14.mp3 -
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