El debate actual sobre la nueva ley de servicios de Comunicación Audiovisual destaca por la iniciativa de ponerle “fin a los monopolios”, y así finalmente otorgar pluralidad de voces en los medios de comunicación y sumar puestos de empleo.

La nueva ley fija que las plataformas audiovisuales deben contar con un 70 por ciento de programación local y regional y en este punto se destacó la generación de nuevos puestos de trabajo, además prevé la transmisión de partidos de fútbol por la televisión abierta y otorga licencias a organizaciones, cooperativas y universidades.
La gran duda es saber si el kirchnerismo dará la pelea por el poder real o simplemente dirá una cosa para después terminar consagrando la matriz de los años noventa como sucede con el petróleo, los minerales, la tierra y la pesca, entre otros temas.
Mientras tanto, los oligopolios como “Clarín” ya pusieron el grito en el cielo y los sindicatos de prensa de todo el país deberían aprovechar la oportunidad para discutir el destino final de la producción de los trabajadores para que estos no sufran enfermedades profesionales derivadas de distintas formas de censura y precarización laboral que abundan en las grandes empresas comunicacionales.
Sin embargo, ¿el gobierno propone verdaderamente un cambio sobre la ley de Radiodifusión?, ¿Qué intereses hay detrás de esta propuesta?

A continuación, el periodista Carlos Del Frade analiza en 'Fuera de Contexto' estos puntos:
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